18 febrero 2006

Mis cinco extraños hábitos

Me ha llegado una invitación de omalaled, autor de la estupenda Historias de la ciencia para seguir este juego y explicar mis cinco hábitos más extraños. Y aunque soy reacio a contar temas personales en esta bitácora voy a hacer una excepción.


Primero: Leo todo lo que me ponen delante. Eso incluye hasta las etiquetas del agua mineral. El lado práctico es que puedes descubrir productos de marca blanca con el mismo fabricante que otros mucho más caros. Basta con comparar el Registro Sanitario, la Agencia de Seguridad Alimentaría tiene un buscador para identificar al fabricante de un producto. Y no puedo dejar un libro a medias, así que cada vez me vuelvo más selectivo con lo que empiezo.

Segundo: Me gusta despertarme despaaaaacio. No me importa madrugar, pero necesito una larga ducha, un desayuno tranquilo y hacer la cama lenta y cuidadosamente. Mientras tanto mi cerebro no funciona ni al 50%. Nada de agresividad, solo un poco de autismo temporal.

Tercero: Empiezo un plato de comida por las partes que no me gusta. Nada de masoquismo. Simplemente me gusta pensar que, en adelante, todo es mejorar.

Cuarto: Lleno el deposito del coche cuando esta a un cuarto como mínimo. Y nunca, nunca, nunca llego hasta la reserva.

Quinto: No continuo las cadenas, aunque agradezco enormemente que se acuerden de mi (gracias Omalaled, no es algo personal). Si es para darme suerte, llenarme de dinero o garantizarme sexo sin limite, me rio y lo dejo pasar. Cuando es una historia falsa, devuelvo el correo. E intento convencer al remitente, con suavidad, del error que supone reenviarlos. Una buena forma es remitirle a esta lista de historias falsas.

Así que ahora tengo que decidir si seguir el juego. Bien mirado no es una cadena, aunque tampoco tengo muchos a quien invitar que no hayan participado ya. Lo dejaremos en una persona y una bitácora, Historietas Variadas del amigo Kamelas. Y mañana, volveré con la anotación de esta semana.

Próximo tema: Rayos, truenos y relámpagos
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4 comentarios:

Shora dijo...

jejeje, a mi me pasa igual que en el segundo punto, pero no es porque me guste despertarme despacio sino porque me es imposible hacer las cosas igual de rápido que si estuviera completamente despierta.

Tardo de una a dos horas en pasar de un estado de "trance" a ser ya más o menos persona xD

La lista de historias falsas no la conocía, la de cosas que me han llegado al correo y que figuran ahí...

Ambros dijo...

Je, je, hay que dar tiempo a que un cerebro bien entrenado "caliente" para rendir bien. Y el tuyo tiene que estar agotado tras los exámenes. Sobre las historia falsas ("hoax" en inglés) las hay hasta divertidas. Lo que no aguanto es cuando mencionan a enfermos o problemas que realmente merecen ayuda. Así solo consiguen que no se preste atención a los casos reales.

Anónimo dijo...

Pues muchas gracias por contar alguo de tus secretillos. Enhrabuena por lo de ller todo lo que se pone por delante tuyo. ¡Eso es un vicio! Ojalá tuviera un vicio como ese :D

Salud!!

KAMELAS dijo...

Gracias por acordarte de este pobre blogero que intentara hacer el jueguito de marras.

Cheers !!