Hay 9.000 millones de toneladas de oro disueltas en mar. Y cantidades aun mayores de uranio o de casi cualquier metal que nos interese. El problema es que están disueltos. Su extracción no es rentable porque el coste energético es excesivo. Y algo parecido puede acabar pasando con el petróleo y otras fuentes de energía.
Es impresionante observar las gigantescas plataformas petrolíferas capaces de extraer petróleo a grandes profundidad. Como la Petronius . Una plataforma de más de 600 metros de altura anclada y 43.000 toneladas de peso que esta anclada en un lecho marino situado 500 metros por debajo. Se esta trabajando en pozos que extraer el petróleo a entre 3000 y 5000 metros de profundidad. Incluso se realizan estudios para encontrar y extraer petróleo bajo tres mil metros de agua y cinco kilómetros de lecho marino . Pero el coste energético de perforar hasta esa profundidad es alto. Y cuando el petróleo empieza a agotarse es habitual bombear agua para ayudar a extraerlo. El resultado es que, en los últimos años, el ratio entre la energía extraída y la utiliza en el proceso ha caído desde 25 a 1 hasta solo 15 a 1 . Es el llamado “retorno energético de la inversión” y puede ser un criterio más importante que la simple rentabilidad económica. El problema no es solo que el petróleo se agote o se vuelva más caro. Si el coste energético sigue subiendo puede ser mejor dejarlo bajo tierra que intentar extraerlo.
Una alternativa prometedora es extraer el petróleo pesado que impregna algunas formaciones geológicas en Canadá y otras partes del mundo. Se calcula que hay cerca de un billón de barriles de petróleo . Sin embargo tienen un ratio aun peor. Solo 4 a 1 . Y su explotación, en gigantescas minas a cielo abierto, tiene unos costes ambientales y paisajísticos enormes.
Este problema no es exclusivo del petróleo o de las fuentes de energía fósiles. Los primeros paneles solares producían menos energía , en toda su vida útil, que la necesaria para fabricarlos. Tenían sentido en un satélite a modo de "baterías ultraligeras". O en una casa aislada contando el ahorro de cableado e instalaciones desde la red eléctrica. Pero, en otras aplicaciones, perjudicaban mas que benefician al medio ambiente. Actualmente los paneles han mejorado mucho y este ratio varía desde 4 a 1, en el peor de los casos, hasta 17 a 1 , en emplazamientos con suficiente radiación solar. Ahora mismo no están tan lejos de ser más rentables que el petróleo y esto mejorará en los próximos años.
Pero no debemos olvidar esa lección. Instalar un aerogenerador o un panel solar en lugares donde no produzcan suficiente energía puede ser más perjudicial que beneficioso para nuestro entorno. Se hicieron cosas muy absurdas y poco ecológicas cuando se multiplicaron las subvenciones para la cogeneración. Y este problema puede repetirse. Incluso teniendo buenas intenciones es posible cometer errores. Es necesario hacer cuentas, valorar todas las consecuencias y escoger la mejor alternativa. Por ejemplo, ahorrar energía y evitar la necesidad de generarla.
Categoría: Física
6 comentarios:
Si no llega a ser por esto, seguiría pensando que los paneles solares producian menos durante su vida de lo que costaba fabricarlos ^^.
Con respecto a lo demás, genial, como siempre. Pero hoy no tengo ninguna duda xD.
Saludos.
rayos.!! no me habia puesto a pensar en el retorno de energia de cada fuente jajajajaja muy chido
otro que esta de puente.... vaya!! lei lo del oro y dije... mmmm igual este chico me da la direccion exacta de donde encontrar eso y asi me hago rica
:-) pero ya veo que tendre que esperar a que vuelvas.....
mil besikos
Si, el coste de conseguir la energía debe ser tenido en cuenta. Y es muy difícil hacer todas las sumas, ¿cuanta energía cuesta fabricar una central eléctrica o las líneas de alta tensión? Hacen falta mas cálculos y menos ideas preconcebidas.
Y sobre el oro.. ¡que mas quisiera!
Pero una cosilla, lo bueno de las placas solares es que tienen una vida util de muchos (o muchísmos) años ¿no? Esto hará que su tasa de retorno sea muy alta ¿no?
La vida útil varía según los modelos. En general, un panel fotovoltaico dura entre 25 y 30 años. Aproximadamente como una central térmica. Un panel térmico (la típica placa negra) puede durar bastante más.
En cualquier caso, depende mucho de la climatología y las condiciones de trabajo
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