11 enero 2007

Hélice contra Paletas

El Great Eastern Bandera inglesa, el mayor buque de su época, completo una misión muy especial en 1866. Era el único capaz de cargar con los 4.260 kilómetros del primer cable telegráfico trasatlántico. Este hito se merece una entrada por si mismo pero hoy toca hablar de la propulsión del barco. Disponía de seis mástiles para velas, dos ruedas de paletas y fue el primero en llevar una hélice. Eso si que es redundancia.

Las paletas fueron propuestas como medios de propulsión mucho antes de las máquinas de vapor. Vitruvio, un ingeniero romano de la época de Julio Cesar, sugirió utilizar la fuerza de los animales para impulsar unas paletas y desplazar un barco. Era una forma de sustituir a los esclavos utilizados como fuerza de propulsión en las galeras romanas.



Great Eastern-1866




Pero no fue hasta la llegada de las maquinas de vapor que comenzaron a extenderse. Primero, en combinación con las velas para períodos de calma y, después, como principal fuerza de propulsión. Durante algunas décadas las palas, tanto en la parte trasera como en los laterales de los barcos, constituyeron la forma preferida de propulsión mecánica. Y lo cierto es que tenían muchas ventajas. Las palas eran sencillas de fabricar y fáciles de reparar. Representaban una tecnología probada, conocida y razonablemente eficaz. A cambio estaban muy expuestas, especialmente cuando se montaban en los laterales, lo que ocasionaba problemas en los buques militares. Tampoco eran muy útiles en caso de mal tiempo, ya que las olas podían sacarlas fuera del agua con demasiada frecuencia.


Paddleboat-Natchez


La alternativa eran las hélices pero no estaban libres de problemas y enemigos. Su fabricación era más complicada, sobre todo en grandes tamaños, ya que era necesario definir con gran precisión su forma y dimensiones. Su eje penetraba el casco bajo la línea de flotación y podía provocar filtraciones a través de las juntas o incluso romperse. Por no hablar de las reparaciones. Una hélice dañada tenia que se extraída bajo el agua o reparada en un dique seco. ¿Podía su rendimiento compensar todo esto?

Los británicos decidieron probarlo. En 1845 se realizaron una serie de carreras entre dos corbetas, Rattler y Alecto, muy similares pero dotadas una de hélice y otra de paletas. Entre las pruebas y carreras destaca una donde se engancho a los dos barcos y la Rattler con hélice arrastró a casi 3 millas por hora a la Alecto Bandera inglesa. La suerte de las palas estaba decidida y todos los nuevos barcos de la Royal Navy se construyeron con hélices y no paletas.


Como podemos ver las hélices en la propulsión marina tienen apenas siglo y medio de historia. Y, como otras, fue una tecnología novedosa y cuyo éxito no estaba claro. Me pregunto cual de las actuales seguirá su camino.


Categoría: Historia de la ciencia

5 comentarios:

Redferne dijo...

Muy interesante, como siempre, enhorabuena por el blog.
Me intriga saber cúales son los métodos novedosos de propulsión para los barcos. Hace poco he leido el libro "la caza del octubre rojo" y hablan de un medio de propulsión submarina similar a los jet en los aviones, no creo que sea real, pero es interesante.

Ambros dijo...

Lo cierto es que la propulsión del "Octubre rojo" existe aunque no es muy eficiente. Se denomina propulsión magnetohidrodinámica ero no se parece a un reactor.

Se utilizan potentes imanes superconductores refrigerados por helio líquido, corrientes eléctricas y ninguna parte móvil.

Puedes leer sobre ello en Wikipedia (http://en.wikipedia.org/wiki/Magnetohydrodynamic_drive y http://en.wikipedia.org/wiki/Yamato_1)

Genesis dijo...

Muy interesante, por otra parte,.. ¿cuál es el motivo que en los buques no se usen sitemas de turbina como en los reactores?, ¿probablemente sea por el momento que produciría el agua?

Un saludo.

Ambros dijo...

Las turbinas de vapor se utilizan regularmente en la propulsión de submarinos y buques con reactores nuclear.
Las turbinas de gas, muy similares a la de aviación, también se utilizan en barcos más pequeños. El problema suele ser el coste. En un barco no compensa tener un motor más ligero pero más caro. Y además, solo los aviones pueden aprovechar su velocidad para proporcionar el flujo de entrada de aire.

Anónimo dijo...

Más vale asegurarse, ¿no?

Tienes un blog interesante. Un saludo.